
“Hemos escuchado por voces autorizadas, que Hato Mayor es la ciudad más tranquila de la región, pero nos sigue preocupando el problema de las drogas y la delincuencia, la policía tiene que seguir haciendo el trabajo para enfrentar los delitos”, enfatizó el sacerdote católico.
El sacerdote dijo que le preocupa que los delincuentes “están más equipados, con más armas que la policía, que los antisociales estén ganando campo en la sociedad”.
Reiteró su llamado a los miembros de la uniformada, para que se apeguen a los principios éticos, pero que combatan el crimen organizado en el terreno que pida el delincuente.
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